Primero, primero de mes, de reinicio, de nuevo sol. Se le agotan las razones y empieza la acción. Uno, dos, tres, salta a dos pies, como el canguro que es. Y se olvida de reírse de las caídas; ya no quiere perder. Tres, dos uno, todo vuelve a empezar, el aire huele a intenso y ella quiere jugar.
¿Vas a regalarme un cielo de estrellas brillantes?
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